Primer día de esquí

Click here for English automatic translation: First day of skiing

El sábado pasado comenzó la temporada del ‘ski club’ del CERN, al que me había apuntado  para aprender por fin a esquiar. Si queréis más información de cómo funciona el club, precios y demás, no dudéis en preguntarme.

En esta primera excursión nos llevaron al resort de Les Carroz, uno de tantos que hay en los Alpes francosuizos. Después del madrugón (6 de la mañana, un sábado…) para coger el autobús, llegamos a esquiar y nos sorprendió un día espectacular: sol y muy buena temperatura, incluso en lo alto de la montaña.

Lo primero fue la lección introductoria para principiantes, todo muy básico. Como ponerse los esquís, como levantarse del suelo con ellos puestos (¡más difícil de lo que parece!), pequeños movimientos, etc… Seriamos unos 40 principiantes, muchísimos, lo que hacía un poco más complicado todo al estar tanta gente junta.

Después comenzamos a bajar una pista de principiantes (las llamadas “pistas verdes”), muy lentamente para aprender a girar y frenar. Lo hicimos varias veces sin demasiado problema, era bastante sencillo. Lo peor era la espera, al ser un grupo tan grande se retrasaba mucho todo.

Panorama desde Les Carroz (sacada de internet)

Tras la comida, nos hicieron a todos bajar de nuevo la pista y en función de cómo lo hicimos nos dividieron en grupos. A mí me pusieron en el nivel 3, de 5, con otras 6 personas. Como todo en el CERN, muy internacional: 1 español, 1 colombiano, 1 portugués, 1 francés, 1 chino y 1 inglés.  Ya con el grupo más pequeño todo iba más rápido y fácil. Nos llevaron a otra pista de nivel intermedio (”pista azul”) para practicar algo más complicado y con menos gente alrededor.

El problema es que debido a la arbitrariedad con la que nos dividieron en grupos, en el nuestro había mucha diferencia de nivel. Había una persona que no se tenía en pie sobre los esquís, y nos teníamos que pasar un buen rato a cada bajada esperándola.

Al terminar la pista azul, vino la parte graciosa del día: resulta que nuestro monitor no sabía que para poder regresar al punto de partida, había que bajar hasta el fondo del valle… Tras una pista de nivel muy avanzado (una “pista roja”). Ahí sí que nos fue imposible avanzar más de 100 metros sin caernos, y en la bajada final casi vertical hubo que quitarse los esquís y tirarse rodando, pero el resto estuvo genial.

Por último, coger el telesilla para regresar al punto de partida, y esquí libre hasta llegar al telecabina que nos bajaba al pueblo, cada uno lo más rápido que pudiera porque se iba el autobús. Yo llegue sin problemas, pero a 3 de los de mi grupo no les volví a ver, ya me enteraré el sábado que viene si llegaron o se quedaron en la montaña.

Vista de una de las pistas de Les Carroz (sacada de internet)

Y eso fue todo, bastante contento en general por pasar en un día de no saber ponerme los esquís a poder bajar las pistas de nivel medio relativamente bien. Lo peor del día, quizá demasiado tiempo de espera, tanto en el autobús como esquiando, pero espero que los días siguientes tengamos más experiencia y podamos pasar más tiempo bajando pistas, que es lo divertido.

Al día siguiente agujetas y mucho cansancio, como era de esperar, pero nada del otro mucho. Lo peor los gemelos y los brazos, además del dolor de pies debido a las insufribles botas de esquiar. Habrá que acostumbrarse, porque aún quedan 4 excursiones. El sabado que viene, a Saint Gervais.